miércoles, julio 26, 2006

Diosito no me des, ponme donde hay



Cuando era pequeñito, antes de dormir mi mamá me decía que le pidiera a Dios que nunca nos faltara nada. Pero en mis plegarias yo le pedía: Diosito no me des, ponme donde hay y después de tantos años, eso fue lo que sucedió.

El miércoles de la semana pasada recibí una llamada en la que me invitaban a trabajar en Austin Texas, de inmediato acepté.

Después de la debida nostalgia, la despedida etílica y los llantos de mi madre, me subí a un avión para enfrentar mi nuevo reto publicitario y dejar atrás a mi familia disfuncional del Xolo, Parchelo y la Piruja del Mike.

El viaje fue una odisea que terminó con mi arribo a la capital del estado de Texas que en el aeropuerto y en el vuelo de ida no ofrecía nada fuera de serie. Llegué me instalé y nada que me quedo bien dormido.

Al día siguiente desperté y me encontré con un panorama totalmente diferente, en primer lugar porque mi maleta se perdió en el trasbordo de Dallas y no tenia ropa limpia para mi primer día de oficina y pues tuve que aplicar un lavado in situ y salir a comprar un desodorante a alguna tienda cercana y lo único que encontré fue una de esas madres que venden todo orgánico. Ni pedo.

Al recorrer las calles cercanas empecé con el acostumbrado ¡Uh pus ya! Y de pronto se fue multiplicando hasta niveles insospechados, en mi cabeza no cabía otra cosa que ver a las féminas que apsaban por mi alrededor. Pasé a una cafetería, craso error, me recibió un ángel que me sirvión un capuchino y me hizo su cliente cautivo ¡Uh pus ya! Seguí mi camino y llegué a la puerta de mi nuevo trabajo, me abrió la recepcionista ¡Uh pus ya! Subí las escaleras ¡Uh pus ya! Me encontré a las de cuentas ¡Uh pus ya! A las internas ¡Uh pus ya! Mi cabeza no podía con tanto, era como estar en disneylandia, Ámsterdam, Phuket o el mismisímo cielo. En ese momento me di cuenta que Dios había escuchado mis plegarias y no me dio sino que me puso en dónde hay, en el país del ¡Uh pus ya!


Hoy en promedio me enamoro 1.5 veces por minuto y el fin de semana se proyecta que puede ser más. En estos momentos me voy de la oficina para seguir viendo nalguitas texanas y exclamar para mi regocijo y la envidia de todos ustedes ¡Uh pus ya!
Seguiré reportando.

1 comentario:

Millhouse dijo...

Cabrón!!!! Llevame, total tu nunca les hablas!!