jueves, marzo 23, 2006

Para todo mal

Cuando cursaba mi educación secundaria, dentro de la plantilla física del colegio existía un personaje que por el simple hecho de vestir una bata blanca (blanca es un decir, era más bien medio gris tirándole a crema) era llamado “el doctor”.
Este individuo tenía la firme convicción que podía mitigar cualquier tipo de malestar con un remedio único e infalible.

-Doctor, doctor me duele la panza-
Mm.. Toma cómete un Sugus y regresate a tu salón.
-Doctor me pegaron en la cabeza.
No te asolees, ten cómete este Sugus y vete a tus clases.
-Agh! Snif agh!, Doctor creo que me rompí una pata.
Este… háblale a tus papás y mientras cómete un Sugus para que se te pase el dolor.

De la misma manera que este “doctor” concebía a una pastilla de caramelo suave la panacea del ámbito médico, es mi deber reconocer al Bacardí Blanco como la bebida alcohólica multifuncional por excelencia.

En mi alocada juventud en la ciudad de la cantera rosa y el antro que nunca muere, uno de mis mayores orgullos era nunca haber probado el Bacardí Blanco, -Con ese mi abuelo limpia los rifles- era mi respuesta cuando mi primo “el zar de las pieles” me invitaba a consumirlo y yo tontamente lo despreciaba con una copa de coñac en la mano.

Fue después de un necesario y doloroso exilio -que aún no termina-, en que al regresar a la ciudad en que una vez fui feliz, me encontré frente a frente con el hijo consentido de Don Facundo. No había llegado todavía a la puerta de mi casa, cuando mi hermano en armas y pedas Puyiki me esperaba en compañía de tres maleantes más, capitaneados por el ya mítico gordito truena-calzones, que hoy se ha convertido en un respetable profesor.


Al poco tiempo me encontraba frente a frente con una bestia de 4 litros, conocida como misil. A la primer cuba de Bacardí Blanco viví una epifanía, ante mi se revelaban las bondades del Bla Bla, tanto que derrotamos a la bestia y salimos de ese lugar como los grandes –en hombros-.

A la mañana siguiente desperté sintiéndome como si no hubiera tomado nada. A partir de ese momento el Bacardí fue parte fundamental de mi vida, lo he mezclado con todo, refresco de cola, helado de limón, café, gelatina, agua natural, cerveza, jarabe para la tos, chocomilk, Pascual Boing de guayaba-conocido en el bajo mundo como Turbo Pascual-, agua de tamarindo e incluso en alguna ocasión con Corn Flakes y sigue siendo maravilloso.

A 4 años de tan bello momento, hoy me veo en la necesidad de reconocer que, al igual que la receta de mi doctor de la Secu, existe una bebida universal llamada Bacardí, que igual sirve para limpiar rifles, curar heridas, mezclarse con cualquier cosa e hoy se le han descubierto propiedades medicinales. Sigo en tratamiento, digamos que creo en la medicina preventiva.

miércoles, marzo 15, 2006


Desde la perspectiva que el mundo tiene sobre las labores que realiza un creativo publicitario existen muchos mitos, algunos creen que somos lavacarros, otros que cantamos en el metro o que trabajamos de albañiles, pero el común de la población podría apostar su patrimonio a que en realidad nos dedicamos a la compra-venta y consumo de sustancias prohibidas.

Hace muchos años sobre una avenida cercana al edificio-guetto donde se encuentran estas H. oficinas algún pachequín tiró algunos coquitos de “motita” que empezaron a crecer y ponerse bastante aceptable, por lo que los bien educados miembros de la Polícia Judicial iniciaron una exhaustiva investigación con los vecinos (la mayor parte de ellos judíos ortodoxos) que dijeron no conocer al posible responsable, pero afirmaron que en ese edificio salen y entran todos los días gente “bien rara”. Pues bueno, los chimpancés de la Judicial hicieron su redada y ese día la cañería del edificio se colapsó. Digo no detuvieron a nadie, pero pues dicen que la mota, las pastas y los chochos como que no son así muy solubles ¿verdad?

En general uno puede distinguir a un creativo de la gente normal debido a su apariencia:

Todos los días parecen como si hubieran despertado y salido de un bote de basura al llegar a la oficina.
Huelen a crudo.
Los creativos “bien” viven en el centro, la Roma y la Condesa, los demás en colonias circunvecinas.
Un creativo siempre odia a cuentas.
Su outfit es igual al de un albañil o viene viene, pero la diferencia es que es de diseñador.
Come en cocina económica, sopita de fideo con plátano, alambres o sopes.
Usa tennis Converse ó Puma.
Tiene en su escritorio cosas que él y su círculo de amistades consideran “kitsch” pero que en realidad las robaron de la sala de su abuelita.
Siempre son artistas frustrados o futuros propietarios de una pollería.
Andan tusados y su peluquero cobró US $50.
Las mujeres creativas son todas feas.
Durante el catering de las filmaciones comen todo lo que no pudieron en la semana.
Los fines de semana van a la Lagunilla o al tianguis del Chopo.
Los directores de arte no saben leer y los copys no conocen de tecnología.
Todos esperan la fiesta de Hollín Studios estudios para embriagarse gratis.
En la calle, los detienen por ser sospechosos.
Son todos solteros o en proceso de divorcio.
En algún momento aspiran a convertirse en divas.
Tienen Blogs absurdos o participan en colectivos seudoartisticos.
Así que en la próxima vez que vean a un tipo que no saben si les va a pedir un peso o a robarles la cartera, analícenlo bien, podría ser un creativo.

martes, marzo 14, 2006

Y na que este es mi nuevo domicilio, porque el otro sitio estaba rechaqueto
una vez más pásenle a lo barrido.

de su serie los heroes de la publicidad: Silverio


Silverio, mejor conocido como el "hombre de las cavernas...nasales" se une a las filas de Nuevos Ricos con un aplastante espectaculo para aquellos que gozan del exibicionismo ajeno: excesos, mujeres, partes nobles, insultos y obscenidades acompañadas de musica electronica proveniente de la era de las cavernas...como ya dijimos nasales. Todos aquellos que todavia se impresionan con luces de colores y un mamón cantando en un escenario abstenganse.

Compositor nacido en Chimpancingo Guerrero (No confundir con Chilpancingo), tuvo una infancia de cerveza hamaca y coco arriva a la ciudad de México en el 2002 y golpea con tubo con su éxito Yepa Yepa Yepa:controversia, censura del show en varios foros oficiales y los canales de televisión se niegan a programar el video (disfrutable en www.nuevosricos.com ).


Su música, descrita en sus propias palabras, se denomina agogo electrónico cavernoso. Sus gustos: amante del box, las mujeres hermosas, el licor y los gatos de angora. Sus sueños: compartir el escenario con Bin Laden.

Es un cliente asiduo de centros nocturnos como el Miller Mix y el Savoy, en donde se nutre de las últimas tendencias musicales y es el lugar en el que grabó su polémico video con los bailarines originales.
En sus presentaciones en vivo, es acompañado por la elegancia tropical de La Changa Tirana.


Borracho, elegante, mujeriego y paladin de las pistas de baile Silverio sigue siendo un fenomeno como el hombre elefante de la industria musical.

Más información visiten
www.nuevosricos.com