miércoles, junio 04, 2008

El arte de columpiar el tamarindo


Es rebonito comer, pero también está padre sacar lo que se ha comido o como dicen por ahí, descomer, hacer un depósito, echar unos lodos, liberar a Mandela, sacar a pasear en limousina a la solitaria, echarse agüita en los cachetes etc. etc.

Mi educación y fijación por la privacidad me ha impedido salir a acampar o salir de casa sin haber tirado la basura porque mi subconsciente me dice que no existe un remanso de paz en donde pueda echar un twinky de chocolate sin ser molestado. La solución es aguantarse o buscar un lugar lo suficientemente alejado de la mano de Dios para soltar todo el clutch y liberar a Willy mientras disfruto de las notas del periódico de los deportistas de pantalón largo y hojas cafés.

A través de todos estos años de experiencia he descubierto que el mejor lugar para hacerlo es en los baños del piso de electrodomésticos de las tiendas departamentales; en los Baños de los doctores en los hospitales y en el trabajo, en el piso superior o inferior al lugar del trabajo, nunca en el propio.

Algunos consejos para disfrutar de un momento de introspección son:

Busca un lugar de puertas gruesas y lejos del paso continuo de la gente. Lo ideal es que las puertas sean lo suficientemente gruesas para resistir un embate de Oso Grizzly o en su defecto el sonido de un pedín, producto del consumo de habas de la mezcalería o caldito de frijoles. En la agencia de macopan que trabajaba los baños tenían una puerta delgada, de hoja de triplay por lo que algunas veces las juntas se veían musicalizadas por una desafinada banda de viento.

Lleva algo de lectura, digo no discrimino entre el National Geographic o el Tvnotas, incluso alguna vez esta grata actividad de hacer caritas de gato la hice acompañado por la Biblia que gratamente los hermanos Gedeones dejaron en un hotel de Austin. Prefiere las novelas cortas o los artículos sencillos porque si no puedes clavarte en la trama y terminar causando un severo problema de peritonitis.

Si se te afloja la calaca en casa de tu novia o suegros procura llevar cerillos, un cigarro y aprende a tararear o a silbar 2 ó 3 reguetones pa que cuando entres piensen que eres primo del hombre orquesta o algún freak de circo, es preferible esto que te consideren un cagón.

Antes de sentarte a tirar el mixiote, cerciórate de que haya higiénico regio, charmin o de menos algún estado de cuenta, esto te garantiza que saldrás limpio y no tendrás que gritar por ayuda o salir caminado como pingüinito a buscar el pachoncito.

Si estás en el campo es preferible usar los calcetines o una playera para deshacerte del excedente del relleno cremosito. Cuando regreses sin camisa siempre puedes argumentar que te atacó un oso.
Pon en práctica estos grandes consejos y verás como lo que te parece una actividad aburrida y sin chiste se convierte en un placer que bien podría ser catalogado como de 3 estrellas por la guía Michelin.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

dobabes, jajajaja!!!

fíjate que yo era como tú, pero cuando tuve que vivir 2 años en otro país pues me tuve que adaptar y también cuando he estado en viajes largos.

lo cierto es que cuando voy a casa de amigos nuevos o inclusive viejos también me cuesta. Sólo me siento a gusto en casa de mi mom y un par de tías y en la mía (cuando tengo, claro está).

A mi lo que me estresa es el tiempo. A veces me tardo en concentrarme...

Un gusto leer tus sabios consejos y te mando un abrazote.

k

Sir Pitirijas Mcloud dijo...

Tssss si la neta si... pero en alguna ocasión por culpa de la comida vietnamita tuve que hacer una escala en un mercado público de la Bella Ciudad Juarez ypus te cobraban 25 centavos de dolar pa entrar y el lugar ni tenía puertas... de pronto hay que improvisar.
Un beso y acá andamos

Anónimo dijo...

pd. mi jefa se moría de la risa, la hice leer tu post man.

Sir Pitirijas Mcloud dijo...

No hagas eso... que imagen se hará de mi. pensará que soy un gañan sin escrúpulos.

Ninja Peruano dijo...

Jajajaja buenísimo.

Debo confesar que no soy muy partidario de firmar con plumón grueso en lugares ajenos a mi respetable.

Todo desde cierto incidente en mi secundaria donde hábía carencia de papel, y no me dí cuenta hasta que ya era muy tarde.

Desde aquel sacrificio de calcetín, me he vuelto más pudoroso.

Sir Pitirijas Mcloud dijo...

Mi estimado Ninja yo tampoco pero cuando se pone necio el asunto ya ni llorar es bueno....

Muy bien usada la táctica del calcetín, yo en alguna ocasión lo hice con una servilelta de tela en un Sarborns durante mi juventud...

Anónimo dijo...

Me cagué de la risa con el post. Y sí, si tenía por suerte un pachoncito a la mano.

Sir Pitirijas Mcloud dijo...

Mi estimado anónimo con que los desechos hayan llegado a buen término y no haya dejado crayolazo me conformo.

Anónimo dijo...

ya escribe algo...