Life is random. Así empezó el 2007, con mi Ipod fungiendo de I Ching diciendo que este año sería el de Juan Brujo interpretado por El loco Valdés y Tin-Tan, nada más cierto, este 2007 se convirtió en un pedo agrio que dulce.
Entre que mi tarjeta está hasta el pito, que no pude viajar al extranjero como religiosamente lo venía haciendo cada 6 meses, la tasa de interés de todos los bancos, B. Y sus pinche aparición que me desestabilizó por unos días, las emergencias médicas de mi tía Go que este último semestre me tuvieron con los pelos de punta y la cartera vacía, mi trabajo piñata y pa acabarla de chingar mi hermana Narizotas sale con la pendejada de que se casa y se va a Canadá no porque tenga que hacerlo, sino porque está enamorada…. ¡Que no mame!
Sin embargo hubo cosas buenas también, la llegada del vocho con síndrome de down, el cumpleaños de la tía, el mío con todo y Marcelo superpasado en la tumbona. Mi proyecto independiente que parece que ahí va jalando, la reedición en versión piojito de Se está haciendo tarde de José Agustín, Saks, gente interesante, las sureñas, las tortas ahogadas de pato del Primos, el disco de In rainbows, la ciencia del sueño, mi familia nuclear, el doc y mi familia disfuncional que a pesar de todo se mantiene unida.
Hoy a pocas horas de que abandone la oficina me despido por una semana porque merezco un descanso chingón con libros, hamaca, whisky comida y todo aquello que represente alejarme de la civilización. Iré a recargar pilas a mi Ashram familiar en algún lugar perdido entre la sierra madre, pero no puedo ir sin despedirme de todos ustedes dedicándoles la mejor muestra de mi afecto.
Con todo cariño:
Esperemos que el 2008 esté lleno de compras, alcoholes, viajes y viejas para relaciones vacías, freelances y amargura para mi y para ustedes lo que se les de su rechingada gana.
Ahí nos el Año que entra, esperen novedades y que mi Ipod inicie este año nuevo con alguna rolita del 50 Cent pa sentirme ganster Millonario, Serge Gainsbourg pa ser acá un dandy o ya de perdida una de Ok Go pa cagarme de la risa. Pásensela chingón.
miércoles, diciembre 19, 2007
viernes, diciembre 14, 2007
Yo si cumplo mis propositos
Cada fin de año empiezo a pensar en la ridícula lista de propósitos que la gente hace esperando cumplirla durante todo el año. Eso explica que enero sea un mes en donde todos los gimnasios se ponen hasta su puta madre de cabrones panzones (como su servilleta) y viejas flácidas que las 2 semanas dejen de ir, se vendan más combos de 20 tacos de pastor con piña y coca lays, las bandejas de correo se atasquen de curriculums en busca de un nuevo destino laboral, las viejas pidan: ahora si quiero un novio que me apapache, me consienta, me valore como niña, no me vea como un objeto sexual y así (jajajajaaj).
Al principio yo también me hacía pendejo, pero de algunos años para acá me he vuelto tan cumplido con mis propósitos que hasta me asusto. La lista del año pasado fue:
1. Poner mis tarjetas de crédito hasta el pito y que me hablen para cobrar. Check
2. Dejarme de hablar con alguna de mis hermanas por más de 3 meses Check.
3. Quitarle lo machito a un cafre durante las horas pico de tráfico. Check
4. Establecer relaciones sentimentales sin futuro. Check.
5. Comerme 20 tacos de suadero con chorizo y salsa de aguacate Check.
6. Ser políticamente incorrecto a la menor provocación Check
7. Salirme toda una mañana con el zipper abajo y valerme madre cuando me lo dijeron Check
8. Enamorarme de otra bañada imposible. Check
9. Comprar un desodorante y un cepillo de dientes en un oxxo. Check
10. Bailar ridículamente en una boda. Check
Este año no tengo propósitos, así que estaría padre que me ayudarán a escribir algunos. Paulatinamente prometo cumplirlos y contarles como me fue.
Al principio yo también me hacía pendejo, pero de algunos años para acá me he vuelto tan cumplido con mis propósitos que hasta me asusto. La lista del año pasado fue:
1. Poner mis tarjetas de crédito hasta el pito y que me hablen para cobrar. Check
2. Dejarme de hablar con alguna de mis hermanas por más de 3 meses Check.
3. Quitarle lo machito a un cafre durante las horas pico de tráfico. Check
4. Establecer relaciones sentimentales sin futuro. Check.
5. Comerme 20 tacos de suadero con chorizo y salsa de aguacate Check.
6. Ser políticamente incorrecto a la menor provocación Check
7. Salirme toda una mañana con el zipper abajo y valerme madre cuando me lo dijeron Check
8. Enamorarme de otra bañada imposible. Check
9. Comprar un desodorante y un cepillo de dientes en un oxxo. Check
10. Bailar ridículamente en una boda. Check
Este año no tengo propósitos, así que estaría padre que me ayudarán a escribir algunos. Paulatinamente prometo cumplirlos y contarles como me fue.
miércoles, diciembre 05, 2007
El lugar de lo "Con Onda"
Como buen creativo poser, wanna be y así (jajajaja). La Condesa es un entorno familiar que me ha cobijado desde que llegué a esta hermosa capital. Al principio de los tiempos estaba padre porque era una sorpresa descubrir que tu vecino podía ser Fernando Vallejo o que a las conchas del Matisse llegaba el Maestro Soriano, que existían nuevos lugarcitos con cocina buena y alejado de todas pretensiones que podían estar padres o simplemente echar la guevita tirado en el parque México sin que te encontrarás a algún escenoso que pretende ser habitante de Greenwich Village con salario en devaluados pesos.
En esos momentos el encanto de la Condesa radicaba en la sencillez de su vida, en la convivencia armónica entre los negocios con tradición como la Flor de Lis (buenos tacos de cecina) o el gran Gus de los tacos Hola, las paletas Picositas, las tortas de los viejitos regañones y que a pesar de la creciente tendencia de la colonia a convertirse en una referencia Hipster sobrevivían con su esencia lejos de convertirse en “un lugar con Onda”
Primero fue la peluquería atendida por unos putines conocida por la bicicleta y por cobrar carísimo por tusarte, después los cafés y restaurantes con concepto, el am, la mezcalería, y de ahí pal real. Es más, hasta los pinches perros callejeros tienen onda, son así como que outlaws que viven la bohemia al máximo. Los pinches viene viene y valets se dan a desear más que un rockstar culero, haciéndote el favor de estacionar tu nave en los pinches lugares que apartan con botes. Eso me encabrona.
Pero el colmo fue cuando un viernes a media tarde decidimos ir a echar una torta por esos rumbos… yo esperaba un local mugroso, con un tortero gruñon o gordo y patilludo, que tras un cristal preparara unas tortas acá chingonas con jamón y queso corriente, milanesas delgaditas y en tiritas y que tuviera refrescos en un congelador horizontal de cerveza, saleros de manzanita o de botellita de Squirt y Mundet rojos o Coca Colotas bien bien frías y no. llegamos a un lugar limpio, decorado en tonos pastel, con música Lounge y 2 cartas: la de tortas y otra de vinos con sugerencias de maridaje… ¿De cuando acá las tortas de salchicha con huevo se bajan con Merlot o Syrah.?
Esta bien que la Condesa busque ofrecer algo nuevo y diferente pero también no se la mamen. Sólo falta que los tamales sean de diseñador y las fondas se reserven el derecho de admisión.
En esos momentos el encanto de la Condesa radicaba en la sencillez de su vida, en la convivencia armónica entre los negocios con tradición como la Flor de Lis (buenos tacos de cecina) o el gran Gus de los tacos Hola, las paletas Picositas, las tortas de los viejitos regañones y que a pesar de la creciente tendencia de la colonia a convertirse en una referencia Hipster sobrevivían con su esencia lejos de convertirse en “un lugar con Onda”
Primero fue la peluquería atendida por unos putines conocida por la bicicleta y por cobrar carísimo por tusarte, después los cafés y restaurantes con concepto, el am, la mezcalería, y de ahí pal real. Es más, hasta los pinches perros callejeros tienen onda, son así como que outlaws que viven la bohemia al máximo. Los pinches viene viene y valets se dan a desear más que un rockstar culero, haciéndote el favor de estacionar tu nave en los pinches lugares que apartan con botes. Eso me encabrona.
Pero el colmo fue cuando un viernes a media tarde decidimos ir a echar una torta por esos rumbos… yo esperaba un local mugroso, con un tortero gruñon o gordo y patilludo, que tras un cristal preparara unas tortas acá chingonas con jamón y queso corriente, milanesas delgaditas y en tiritas y que tuviera refrescos en un congelador horizontal de cerveza, saleros de manzanita o de botellita de Squirt y Mundet rojos o Coca Colotas bien bien frías y no. llegamos a un lugar limpio, decorado en tonos pastel, con música Lounge y 2 cartas: la de tortas y otra de vinos con sugerencias de maridaje… ¿De cuando acá las tortas de salchicha con huevo se bajan con Merlot o Syrah.?
Esta bien que la Condesa busque ofrecer algo nuevo y diferente pero también no se la mamen. Sólo falta que los tamales sean de diseñador y las fondas se reserven el derecho de admisión.
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