Por faltarle el respeto a mis padres me covertí en un creativo de medio pelo que pasa sus días entre comida pa perros, cámaras digitales, helados carísimos y cremas de abuelita con olor a azafata doméstica.
Con el desmadre de la influenza dejé de saludar a la gente de beso y de mano, ahora los saludo como reina de la primavera.
Aunque lo niegue, tengo debilidad por las bañadas, el café Lavazza, las películas del enano Tun tun, los tacos de achicalada y el Mundet rojo.
Cuando crezca y sea grande sea quiero ser limpiador de tubo de un teibol o diputado federal con nexos con el narcotráfico o sease un hombre de valores.
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