lunes, marzo 10, 2008

La verdad sobre los congresos médicos

En mi nuevo domicilio laboral las cosas están chingonas. Empiezo esta semana con un pitch para una marca que se especializa en vender productos para aquellos machines que su Crayola ya no raya.
Para desarrollar esto me puse a investigar sobre el tema y pus ahí me tienen documentándome en la Intené, yendo a farmacias como mistery shopper para pedir las mentadas pastillitas y los pinches gueyes al principio me veían con una risita cómplice y me decían que tenga buen fin de semana Jove…

Más tarde y al calor de unas cubas de Matusalén en la Ópera decidí encontrar información con un corte más científico a través de mi compadre el Doctor Padrolas que me puso al tanto de fórmulas médicas, principios activos y los diferenciadores de cada uno de los productos para la disfunción eréctil y no se porque chingados la historia nos llevo al descubridor de tan grato medicamento para los vetarritos que quieren seguir de coscolinos y la onda fue más o menos así:


Pus un día el doctor Juanelo Mckercher estaba acá presentando sus descubrimientos tras años de investigación en problemas de disfunción eréctil en el congreso mundial de médicos, camilleros, enfermeras y chóferes de ambulancia en Champotón. Pero pus como el doctor estaba medio viejito, sus colegas empezaron a cagarse de risa sobre su descubrimiento y a decirle que no, que lo que habían descubierto era como usar un rayo de bicicleta o que se le ponía tiesa cuando se la asoleaba como cecina de Yecapixtla juar juar juar.
Entonces cansado de las burlas y de que le dijeran que tenía el pizarrín más aguado que una sopa de fideos de cocina económica pus que se saca su tilín y que se empieza a poner unos arponazos delante de todos los doctores. Tsssss y que le empieza a revivir el camarón. La comunidad médica estaba fascinada con el descubrimiento y pus el doctor andaba acá con su carpita jugando espadazos y repartiendo arrimones a las edecanes y todo el mundo fue feliz y el congreso sirvió para concientizar al mundo que los doctores no son todos unos impotentes y que en realidad saben rockear durísimo.
Y yo que pensé que las fiestas de creativos que terminaban con sillazos, gueyes vestidos de princesas y congestionamientos eran la onda. Chale en mi próxima borrachera con los cuates del doc tendré que pensar en algo como guacarear en un consultorio, prepararme unas cubas con solución salina, ofrecerme a hacer papanicolaus y a vacunar contra la virginidad. Total después de ver a un viejito inyectándose el pirrín para probar su teoría ¿cómo lo superas?

2 comentarios:

Nandush dijo...

UOOOORALEEEEEE!!!!!

Speechless.

Sir Pitirijas Mcloud dijo...

Si pero ahora que hago memoria la cosa más jarcor que he visto es un brit a un niño judío!!!!! ouch! bastante violento y salvaje, digno de peli de Tarantino.