Sobre Eugenesia y tortas de tamal

Desde que ustedes recuerdan este su humilde creativo ha sido partidario de la eugenesia. Esto no quiere decir que sea una nazi vallisoletano -saludos al papá de Alois- o que apoye el exterminio racial de hordas de taxistas, microbuseros, gente de cuentas, perredistas, Testigos de Jehová, gorrones, los que gritan, -bueno a esos si- .

Mi postura es apoyar las mejoras de las cualidades genéticas humanas. Debo de reconocer que en mi lejano pueblo bicicletero ese concepto no existe, a lo mucho llegamos a echarnos unos tacos del Mince y si el cilantro no está limpio andamos como vochito 76 chorreando del cárter. En una guerra química entre bandas de narcos o en el remoto caso que Trico tuviera a bien vender pollos rostizados con gripe Aviar o a los puercos para hacer las carnitas les diera ébola, mi ciudad desaparecería del mapa y quedarían 2 o 3 cabrones que les aseguro no podrían volver a comer tacos de guisado porque quedaron con el estómago tocado.

Desde que me mudé a esta infame capital que amo y odio por partes iguales he descubierto que la sociedad chilanga es un gran ejemplo de una sociedad eugenésica. Ya se lo que han de estar pensando -qué pedo si cada vez que salgo a la calle me siento como si fuera Jodie Foster en Gorilas en la Niebla- Me refiero a la capacidad que desarrollamos para vivir en medio de todo lo que nos rodea.

Nadie en su sano juicio podría intentar hacer ejercicio en una ciudad como esta y ya lo ven, no falta el tontiloco que le da por correr en El Sope o hacerle al mamón en el parque México para presumir que corre con Chema Gueee! Les aseguro que si esto lo intentará un Alemán o un Sueco al momento se los carga el payaso. En cambio los Chilangos nada más salen adelante de La Marquesa o 3 Marías y ya se están ahogando por respirar aire puro.

Lo mismo sucede con la comida, he descubierto que los habitantes de esta gran metrópoli no se la perdonan a nada, he visto cosas aberrantes como sushi de solitarias de Xochimilco, tortas de plátano, patas de pollo con salsa valentina, tacos de sopa de fideo, sopas Ramen en los estadios, quesadillas sin queso, tacos de carne de caballo y barbacoa de borrego con colmillos y caldos de gallina que maulla.

Poco a poco los que aquí vivimos desarrollamos una resistencia encabronada a cualquier virus y si no morimos balaceados en un asalto, embarrados en periférico por ir rompiéndonos la madre el sábado a las 4 de la mañana, muertos de hambre atrapados en una manifestación o porque se nos tapó el chimuelo de tragar tantas tortas de tamal con champurrado nada nos detiene.

Los que habitamos esta capital estamos llamados a ser los übermenscht, lo demás son mamadas.