jueves, mayo 18, 2006

Tengo un problema: Me gustan las bañadas.


Hay que reconocer que las féminas de los departamentos creativos (con sus claras excepciones of course y ellas saben a quién me refiero) no suelen ser muy agraciadas, ni muy limpias, ni muy decentes, bueno para qué le sigo. Es más, si se me acercara una mujer creativa en una zona solitaria le aviento la cartera y corro, sin importar su intención. No es que los creativos seamos unos dandys, de hecho somos los gueyes más feos y fodongos de la galaxia” pero pus habemos algunos que de menos nos ponemos desodorante cada sábado, lo necesitemos o no.

En lo personal me gustan las bañadas.

Las bañadas son niñas que trabajan en cuentas, provenientes de distinguidas familias de todos los puntos cardinales, por lo general son egresadas de las más prestigiadas universidades del país, viven en casa de sus papás, están ultraconsentidas, son tiernas y bobitas, van a misa los domingos y nunca se han enfrentado al mundo real. En pocas palabras trabajan como hobbie, para presumir a sus amigas que ya son mujeres responsables listas para entrar al mercado matrimonial.

¿Dónde puedo encontrar una bañada?
Principalmente en el área de cuentas y una que otra en creativo, en grupos de dos o más individuos, nunca pajareando en la calle o usando el transporte público, mucho menos en una fiesta de creativos, donde corran mota y caguamas y nunca en una función de miércoles al 2X1.

¿Qué comen las bañadas?
Cosas preparadas con los más altos estándares de calidad, por lo general por su nana o “Juanita” la cocinera de la familia. Las bañadas nunca visitarán un puesto de sopes o quesadillas, mucho menos comerán un Jocho del OXXO o eructarán de satisfacción después de tomarse una coca cola.

¿Es lo mismo una fresa que una bañada?
No. “Fresa” puede ser considerada cualquier araña que hable cómo retrasada mental y se ponga garritas de Zara. Bañada se nace. digamos que es cuestión de clase y distinción.

¿Qué pasa cuando un creativo invita a salir a una bañada?
Las bañadas los evaden, con una sonrisa que derrite diciendo “Qué lindo” pero tengo que llegar temprano a mi casa a escribir en mi diario lo que me pasó hoy. En el peor de los casos, le avienta un puño de cacahuates.

¿Y cuando una bañada se enamora de un creativo?
Nada. Las bañadas no se enamoran de creativos. Ellas simplemente nos consideran una experiencia sociológica más, como ir a Oaxaca, Chiapas, presenciar un partido de fútbol (desde un palco por supuesto) o ver a unos chimpancés dibujando monitos.

El verdadero amor lo encuentran con un vecinito, amigo de la infancia o algún Procteriano que conocen en una boda en Tres Vidas.



Como dicen, la mujer es diablo y las bañadas son peor, por eso mejor yo las veo desde lejitos y digo pus ya….

Los dejo con esta rolita que extrañamente me pone siempre de buenas y me recuerda a una bañada que me hace ponerme como perro esperando a ser atropellado cuando me la encuentro en el elevador.

Silent sigh

martes, mayo 16, 2006

Hijo ¿Que vas a ser cuando seas grande?



Hubo una época en que la publicidad tuvo su momento dorado. Todas las empresas –Sin importar que fueran grandes o chicas- destinaban el 3% de sus ingresos totales en inversión publicitaria. Respaldadas por todo ese billetón surgieron personajes, anécdotas, fortunas, excesos y excentricidades que dieron forma al estereotipo del creativo actual y que para ser sinceros no es parte de nuestra realidad.

Bajo el reinado de su majestad La Chiquiti Bum, justo cuando en canal 5 rockeaba el Tío Gamboín, Pacholín y Salchichita, los niños se enamoraban de las hermanas de Lorenzo Antonio-¡cuñado!- y muchos lloraban porque Juanito Farias –el injustamente acreedor de segundo lugar de “Juguemos a Cantar”- había pasado varias navidades con un viejo caballo de palo como regalo, el gran publicista Silvio García Pato recorría la Ciudad de México en su Rolls Royce blanco, -manejado por una chofer negra que estaba bien acá según cuentan- se ponian de acuerdo con el cliente sobre locaciones para los comerciales correspondientes a la campaña del próximo año y determinaban el porcentaje de lana destinado a comprar insumos básicos –chelas, chichis y más chichis- para que el grupo creativo tuviera un destello de inspiración y realizara muy bien su trabajo. Corría la mota durísimo para pelotear un concepto simple, los viajes seguían un tras otro en fin, ser creativo era ser un semidiós, un rockstar que tenia un trabajo tan chingón que era casi imposible que encima te pagaran. Era casi el paraíso.

Durante la década de los 90 el estilo de vida del creativo siguió así, con excesos pero menos lana, las agencias se dieron cuenta de que ya no era negocio subsidiar la mota a los creativos ni estarles pagando sueldos tan altos. En otras palabras se les acabó el veinte y por primera vez los poete maudite de la creatividad se pusieron a trabajar. Sin embargo el mito del estilo de vida continuó hasta hoy.

En mi alocada y burguesa juventud, cuando estudiaba comunicaciones -con una bola de pránganas, tetos, mochos y demás especimenes- el sueño de los entes que habitaban a mi alrededor era salir en la tele, ser locutores, investigadores titulares o alguna pendejada por el estilo. Yo la neta no quería ser nada, bueno, la verdad me latía ser ojete, dedicar mis mañanas a sacarme la borrita del ombligo, decir pendejadas, ver la tele todo el día, estar bien pedo siempre y ganar mucha lana. Entonces decidí ser creativo. Cuando se lo dije a mis papás, mi mamá lloró. Me dijo “Para qué tanto sacrificio, para qué tanta educación si ibas a terminar siendo creativo” y corrió a pedirle a no sé cuantos santos que su hijito adorado rectificara el camino y tuviera a bien seguirlos pasos de mi padre sacando muelas.


Hoy que llevo varios años en esto puedo decirles que no, no corre mota como decían, ni nos sacamos la borra del ombligo todo el día, ni las viejas están tan buenas, la lana nada más nos alcanza para comidas corridas, ni nos la pasamos bien pedos desde las 11 de la mañana –bueno eso si sucede a veces- . Lo que si hacemos es intentar descifrar lo que el cliente y los de cuentas o lo que es lo mismo una pareja de idiotas quiere, pelotear ideas absurdas para tratar de vender un montón de pendejadas inútiles y alimentos que saben a caca, hacer copys absurdos y lay outs horribles, pasar más tiempo en una oficina que en cualquier otro lado y empezar a tomar tiempo de tu vida para dedicárselo a un concepto que va a rebotar por un mal brief.


En estos momentos estoy pensando en tomar un camino profesional más tranquilo, sin tanto estrés, machetero de Atenco, Terrorista palestino, catador de mezcal de Temixco o sicario del cártel del Golfo.

Cómo dice el dicho, el creativo no es cómo lo pintan, así que amiguitos, si algún día soñaron con ser un soldado al servicio de la publicidad, piénselo 2 veces y mejor pongan un taller mecánico o una papelería, Les garantizo que su vida será más confortable y los llenarán de grandes satisfacciones.